Comenzando el año sin descanso

Este mes de Enero me está resultando especialmente difícil. En casa todo va bien pero hay mucho por hacer todavía, coger medidas, ir a comprar cosillas, limpiar, vecinos metiendo mucho ruido de mudanza, y al final poco tiempo para estar tranquilo.

En el trabajo ¡más de lo mismo! se me acaba el contrato y tengo muchas cosas por cerrar y para colmo parece que todos se ponen de acuerdo a poner reuniones de las que duran días enteros y participas 5 minutos y te comen todo el trabajo de tu día.

Y la bici... hoy se me ha vuelto a pinchar una rueda con el consiguiente incordio de perder 20 minutos de mi vida en medio de la calle, ponerme perdido a grasa y barro, pasar frío y calor, y coger un poco más de experiencia arreglando ruedas.

En el terreno deportivo ya me voy poniendo las pilas. Estoy hasta las narices de la bici, ir al trabajo y tomarme una ducha allí es genial, pero volver a casa es toda una pesadilla, llegas sudando y destrozado y te quita las ganas de hacer cualquier cosa. Por ello he decidido cambiar de costumbres y voy a empezar a usar menos la bici para ir a trabajar, y mientras tanto voy a ponerme en serio otra vez a correr por las mañanas. Ya lo hice la semana pasada un par de veces y me resultó increíble, hacía año y medio que lo había dejado y se me habían olvidado todas las ventajas que trae. Ahora en mi nueva casa he tenido que cambiar totalmente el recorrido, pero creo que ya he encontrado un camino decente para mis pequeñas escapadas. ¡Ahora estoy lleno de agujetas!

En cuanto al rocódromo, he estado yendo muy poco a cuenta de buscar piso y mudanza, estos dos meses de visitas intermitentes a las paredes me han hecho perder mucha más forma física de lo que pensaba. Ahora me he vuelto a poner en serio aprovechando que en la calle hace bastante calor y no da tanta vagancia ir en bici hasta allí (es la única forma que tengo de ir hasta allí)

Y efectivamente estos días en Bruselas estamos entre los 10 y los 15 grados. Este nuevo piso está mucho mejor aislado y no noto las subidas y bajadas de temperatura del exterior. Algo que se agradece, pero también noto que he perdido algo, en el otro piso 3 de las 4 paredes y el techo daban al exterior, todo esto en 12m2 por piso, cuando había viento parecía que la casa iba a salir volando, podía escuchar la lluvia perfectamente, me encantaban escuchar estos sonidos, sobretodo para dormir. Es algo que he perdido en este piso..., aquí ya puede haber un huracán que no me voy a enterar. Supongo que es mejor así, pero me encantaban los sonidos...

Increíblemente no he sacado ninguna foto en 20 días... A ver si van llegando fechas más tranquilas y voy teniendo más ratos libres para poder postear algo en condiciones.