Algunos me preguntáis de donde narices viene el nombre del Bultza. Podéis encontrar mi nombre en la Puerta del Gughenheim en Bilbao donde me homenajean junto con las personas "Push" y "Empujar"
En la puerta del Gughenheim.
En realidad Bultza fue mi primer perro cuando era pequeño y ... se supone que empujaba a la gente y robaba manzanas... o eso dijo su anterior dueño... Murió poco antes de que llegase a casa la primera conexión a Internet (hayá por el año 2000), la cual denominamos Bultza en su honor.
Bultza en su mejor pose esperando a que alguien encienda la manguera para jugar un rato.
Bultza saltando a por el chorro de agua que sale de la manguera (su pasatiempo favorito) (y el mío por aquél entonces). Le enseñé incluso a jugar al escondite conmigo.
Es increible lo que te cambia el concepto de un perro cuando tienes uno. Te das cuenta de que cada uno tienen su propia personalidad, su propio carácter, no se si es un error llegar a tratarlos como personas pero es muy fácil llegar a quererlos como tal.
2 comentarios:
Cierto, es inevitable quererlos como a una persona. El error de quererlos así es que cuando se van es un drama.
Saluditos en mi penúltimo día en Bruselas ;)
Schiele
que tierno...te entiendo...
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