El otro día decidí llevar a Esti a cenar a algún sitio especial de Bruselas… Mis compañeros de trabajo me recomendaron una calle donde hay un montón de tipos de restaurantes para elegir, y me recomendaron uno en especial, un tailandés/vietnamita.
A Esti y a mi nos gusta “un poco” la comida china y japonesa que hemos probado en Bilbao, así que fuimos babeando para allí esperando llenar nuestros estómagos con la mayor cantidad de buena comida posible…
Al llegar allí, ¿qué podemos coger? Pues cogimos yo un menú Tailandés y Esti un menú Vietnamita. El restaurante era precioso, rojo con la iluminación justa y buen ambiente.
Nos traen el primer plato, una sopa con pinta a moco y la otra sopa picante y llena de aceitunas (Esti las odia). Así que a ella le toco la sopa de moco…Eran comestibles, pero no ricas y nos las comimos con pocas ganas con la esperanza (y casi totalmente seguros) de que los siguientes platos estarían riquísimos… Y así llegó el siguiente plato, con algunas cosas fritas pero con un pequeño sabor de fondo a jengibre…
…El jengibre le da un sabor especial a las comidas y parece que se usa mucho en este tipo de comidas, hay que usarlo con muchísima moderación porque el sabor es muy muy fuerte. El año pasado comimos con mi hermana en un chino y uno de los platos tenía trozos grandes de jengibre, por desgracia a todos nos tocó un trozo y los mordimos, dejando la boca llena de sabor a colonia y con ganas horrorosas por devolver. Desde entonces yo, y al parecer también Esti, nos repele el jengibre solo con olerlo…
Umm que buena pinta...
Y allí estábamos cada uno con 4 piezas diferentes unas de otras en cada plato, nos lo repartimos y cada uno probaría la mitad de cada pieza… A la tercera pieza veía a Esti dudar, con cara muy seria y es que las anteriores piezas lejos de resultar ricas (eran las que mejor pinta tenían) habían resultado bastante desagradables y para colmo con un ligero sabor a jengibre. Esta imagen me resultó realmente impactante pues Esti siembre ha sido una persona dispuesta a probar cualquier tipo de comida y come sin rechistar cuando algo no le gusta demasiado (bien lo se por las comidas que no le ha gustado que la he preparado)…
Al acabar las piezas y ni tocar la ensalada que tenía incluso flores, se llevan los platos y nos traen el siguiente plato, con arroz (que alegría) y carne. Pues ale, la carne malísima y con mucho sabor a jengibre para los dos platos, ¿y el arroz? Un mazacote con un sabor a especia que cualquiera sabe. Se llevan los platos casi sin tocarlos…
Y aquí llega el momento de la verdad, estábamos completamente perdidos, ¿cuantos platos faltan por acabar?, por favor que toque ya el postre, por favor, 5 minutos de tregua, donde lejos de estar tristes y protestando, la tensión alimentó nuestra creatividad con cientos de bromas y rezos por lo que estábamos allí viviendo…
Y ya no se si sería por nuestras caras o que, nos trajeron un postre con dos cafés de los malos, malos, malos, y nos fuimos corriendo de allí no sin antes coger un par de tarjetas del restaurante para recomendar el sitio a nuestros peores enemigos…, y de allí NO nos fuimos a por una hamburguesa como hubiésemos deseado puesto que nuestro estómago estaba realmente revuelto…, nos tuvimos que conformar con un té en casa y a olvidar aquellos sabores…
Una cena desastrosa, al menos hemos aprendido algo, por mi parte no vuelvo a un tailandés, aunque nos queda una tarde bastante divertida, una experiencia nueva, y algo que contar :-)
1 comentario:
Si fue pa tanto, pero creo que es por el "horror" que le tenemos al jenjibre desde el año pasado, si no probablemente hubiesemos considerado la comida comestible, pero he de decir que muy rica no estaba a pesar de todo.
De todas formas, si estas animado, cuando vengas yo te llevo y yo me como el pan y miro y saco fotos a tus caras a medida qeu vas comienod jeje
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