Os comentaba hace un mes como increíblemente perdí mi cámara (los ojos de este blog). Todavía no sé ni donde ni cómo la he perdido, ¿o tal vez me la han robado?, nah, no creo (ingenuo de mi).
El caso es que no estaba por la labor ni de cambiar de cámara ni de comprar una nueva (estaba tan contento con la anterior), pero tampoco puedo vivir sin cámara. Después de varios días esperando a que por arte de magia la cámara apareciese en alguna mochila o cajón (doble ingenuo de mi), acabé comprándome dos cámaras rotas en Ebay con el objetivo de intercambiarles algunas piezas y obtener una "nueva". Y así acabé con una Z850 y una Z750, una con las lentes rotas y otra con la pantalla rota. Toda una ganga.
La Z850 (izquierda) y la Z750 a la derecha listas para ser destripadas. Son prácticamente idénticas. (Foto sacada con el móvil)
Después de pasar un par de horas de diversión preparando la cámara, ahora tengo una Casio EX-Z8(7)0, un modelo nunca fabricado hasta hoy día :-D, aunque bueno... es más z850 que z750.
Estos nuevos ojos los estrené con la visita de Rubén la semana pasada, que ya se pasó por estas tierras hace año y medio por las mismas razones que esta vez (un cursillo en el Von Karman o algo así).
Ahora un par de imágenes con estos nuevos ojos:
Parece que los nuevos ojos no nos distorsionan las caras afortunadamente :), de derecha a izquierda: Sarah, RÚben y yo.
Hice un par de pruebas en la oscuridad y salieron estupendamente, los nuevos ojos han pasado el test. En la imagen el Palacio de la Justicia de Bruselas y al pie un tranvía. Todavía lleno de andamios...
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