Cuenta la leyenda que durante la segunda guerra mundial, un piloto belga que llevaba prisionero varios meses en las cercanías del bosque Meerdalbos (Bélgica), consiguió escaparse de su celda en un descuido de las tropas alemanas.
A menos de 30min de la ciudad.
Hay cientos si no miles de historias similares. Normalmente una evasión de estas características involucraba varios meses viajando hacia el sur malviviendo o siendo escondido eventualmente por los civiles, hasta llegar a lugares controlados por las tropas aliadas. Pero el piloto en cuestión era belga, así que se la jugó a una carta. Aprovechó otro descuido de las tropas germanas para robar un caza alemán y volar a ciegas siempre hacia el oeste y horas después acabar aterrizando en medio de Inglaterra, donde tuvo mucha suerte de no ser derribado antes por las tropas aliadas.
Click sobre la imágen para hacer zoom. Sarah sacó la mejor foto de la tarde, todo el crédito a ella. La imagen parece sacada por ordenador, naturaleza perfecta.
Esta leyenda parece haber llegado incluso a oídos de Hergé, y así podemos ver cómo en varios de sus cómics, Tintín (siempre belga) se escapa in extremis robando un avión a las tropas enemigas.
Dejando de lado esta leyenda de la cual he encontrado poquísima información, Sarah y yo nos acercamos al bosque donde tuvo lugar el inicio de esta historia(el bosque de Meerdalbos). Era el mediodía de un caluroso domingo en Bruselas, y aquellos que no quieren permitirse el lujo de perder 3 horas de viaje para disfrutar del mar, acuden en masa a los parques de Bruselas. El más grande se llama Bois de la Cambre, y si bien es un lugar de merecida visita para alguien que vaya a vivir aquí, la intimidad tiende a cero en días de calor, se convierte en un terrón de azúcar para las hormigas trabajadoras bruselenses. En nuestro caso queríamos más intimidad y nos escapamos a este bosque situado a escasos kilómetros al sur de Lovaina, a unos 25 minutos en coche del centro de Bruselas, simple y llanamente porque aparecía como verde en los mapas.
El bosque nos encantó, nos cruzamos en 3 o 4 horas con unas 3 o 4 personas, un parque bastante grande con árboles inmensos y lejos de las altas temperaturas que se viven en el centro de la ciudad.
No encontramos indicios de aviones perdidos por los alemanes, pero nos fuimos con los pulmones renovados. Resulta extraño perderse en medio de un frondoso bosque en apenas media hora cuando uno vive en el centro de una ciudad.
Click sobre la imágen para hacer zoom. Mientras Sarah revisaba su cámara, aparentemente indiferente de la naturaleza que nos rodeaba en ese instante...
Tras visitar el lugar no logro quitarme de la cabeza la visión del bosque. ¿Acaso no era así Bélgica hace 2.000 años? ¿Y por cuantos miles de años? ¿Era Bélgica (y centro Europa) simplemente un inmenso bosque?