Las horas de luz en Bruselas superan ya ampliamente las horas de luz en la península. La luz penetra las cortinas por las mañanas y nos despiertan demasiado pronto.
Curiosamente además de las cenizas del volcán, el viento nos ha traído un tiempo espléndido. Cielos azules sin ruidos y sin aviones, temperatura fresquita. Un finde perfecto para ir recuperando el ritmo normal de vida.
Mucho se ha hablado y se hablará durante las próximas semanas de este volcán. Uno de mis compañeros señalaba su coche y me decía que todos los días desde el día del volcán tiene el coche completamente cubierto de cenizas, no he podido parar de reírme durante varios segundos y después no he sido capaz de convencerle de que esa capa de cenizas la tenemos todos las primaveras, más que cenizas creo que se trata del esperma de las plantas...
La densidad de cenizas a la altura de Bélgica, ya sin meterme en si es o no peligrosa para la aviación , no era observable a simple vista.
Después de varios días sin aviones en Bruselas, parece que todo vuelve a la normalidad, a saber por cuanto tiempo. Pero después de ver que tantas personas se han quedado incomunicados y lejos de sus casas, parece que he sido de los más afortunados.
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