domingo, enero 23, 2011

Pero yo no...

... acabo de arrancar. Este año me está costando mucho coger el ritmo, el despertador, el frío, la humedad, días de oscuridad eterna y lo peor de todo, la salud no acaba de acompañarme, el estómago está de huelga, o tal vez sea el intestino. Ahora me recupero poco a poco con una dieta estricta de esas que te hacen soñar hasta en blanco. Esto me ha hecho perder los kilos de las navidades de golpe...

Mientras tanto en el trabajo voy cerrando carpetas y no paro, hay mucho por hacer y la incertidumbre es grande, todos a mi alrededor parecen estar seguros de que la semana que viene no será mi última semana en el trabajo, parecen vivir en otro mundo, me sonríen y me dicen que estará todo arreglado a tiempo, pero yo miro al calendario y solo faltan 5 días lectivos...

Hace tres años después de firmar el contrato que me ligaba a este trabajo se me retorcían las tripas y me temblaba el pulso. Aquella tarde me pasé por el supermercado y me encontré con una botella de mi refresco belga favorito (Kriek) cuya fecha de caducidad coincidía con el fin de mi contrato(1). Me imaginé bebiéndola mi primer día de “libertad”, y 3 años se ha pasado almacenada en lo más profundo del armario (incluyendo una mudanza). Le puse una etiqueta grande para no bebérmela en un despiste de esos en los cuales las eternas nubes bruselenses penetran hasta lo más profundo de tu cerebro. Este plan incluía marcharme con las maletas ese mismo día, realizar una aventura loca de 2 meses y volver a casa (Bilbao) a asentar la cabeza y recomenzar la vida.


La cerveza kriek mejor conservada
¿Cerveza o refresco?

La cerveza kriek mejor conservada
Detalle de la fecha de caducidad

Sin embargo muchas cosas han cambiado desde entonces, por el momento solo cumpliré con el descorchado de la botella, el plan actual pasa por continuar en mi actual trabajo unos 6 meses más realizando una investigación tras la cual me iría a la calle por decisión propia. La razón para continuar un poco más (a parte de Sarah por supuesto) ha sido un pequeño proyecto de investigación del cual mi jefe ha estado hablando durante los 2 últimos años y en cierto modo allanándome el camino hasta él. Era además su forma de justificarme la renovación de un contrato nuevo mucho más largo (otros 3 años) que yo rechacé hace pocos meses. Después de estos 6 meses me tocarían un par de sueños por cumplir y comenzar la búsqueda de mi nueva ocupación, que con muchas probabilidades puede llegar a tratarse de la vuelta a la vida estudiantil y apuntar la diana laboral un pelín más alto(2).

  • (1) Casi
  • (2) Se refiere al sector ;)

viernes, enero 07, 2011

Arranca el 2011

Desde las ventanas del avión se veía un paisaje enteramente blanco, se me congeló el pensamiento. Vuelta a Bruselas.

Estas navidades han sido como casi siempre un caos. Bruselas-Bilbao-Roma-Bilbao-Bruselas, por esta vez me he librado de esas cosas que solo pueden ocurrir en Bélgica y esquivé con mucha suerte los problemas deribados de la falta de líquido anticongelante para los aviones en plenas fechas navideñas, de risa.

No consigo quitarme de la cabeza las sensaciones de cuando llegué a Bilbao en diciembre, como era mediodía fui directo al centro arrastrando las maletas a comer con mi madre unos pintxos. Cargado hasta arriba dentro de un bar apretado lleno de gente golpeé sin querer a alguien. Al darme la vuelta para disculparme pensaba encontrarme una cara extrajera de mala leche, sin embargo me encontré con un jubilado con una sonrisa enorme dándome una palmadita. Y entonces la dueña me gritó desde la otra esquina del bar intentando imponerse al resto de conversaciones "te caliento el pintxo de tortilla?" acompañado por supuesto de una sonrisa de oreja a oreja. Golpe cultural en la cara como una corriente de aire caliente.

Llegué a casa derrotado, y por supuesto enfermé al segundo día. Tras la enfermedad vino una pequeña operación y entre viaje y viaje las Navidades han volado. Volver a Bruselas con tantos regalos en la maleta no ha resultado fácil y menos cargarlo por las calles de adoquines a varios grados bajo cero.

Mi mayor decepción del año ha sido el eclipse solar. Mi intención era subir al pico de un monte y ver el amanecer allí mezclado con el eclipse, para eso necesitaría subir la montaña inmerso en la oscuridad de una noche sin luna. Por desgracia unas veces mi salud y otras el tiempo, no me dejaron hacer el recorrido de reconocimiento para calcular horarios y no perderme en la oscuridad. Sin este reconocimiento aventurarse en la montaña hubiese sido un suicidio, mi único consuelo es que el día amaneció nublado.

Como siempre os dejo con las mejores fotos de las vacaciones:


Hierba congelada
Mañanas congeladas en la montaña.

Atardecer en Ostia
Atardecer en una playa italiana, podría parecer un día de calor pero estabamos por debajo de los 5 grados.

Aitor busca foto
Cazador cazado justo cuando hacía la anterior foto.

Aitor&Sarah
Mi compañera de viaje esas navidades.

Museo Vaticano
Este año por fin vi la Capilla Sixtina, en la foto se ve el museo Vaticano en la sala que más me gustó (los cuadros eran mapas).

Familia
Aquí con mi hermana y los peques.

Cuadrilla
Y cómo no, la foto de la cuadrilla obligada cita anual ya.

Monte Alén
Allí estaba el pico al cual quiería subir a ver el eclipse. Mi gozo en un pozo.

Este es mi año...