Desolación olvido y recuerdos, era la primera vez en mi vida que pisaba el suelo de una catedral cuyas bóvedas se encuentran parcialmente desplomadas y cuyo suelo está cubierto por una fina alfombra de hierba.
La Abadía Villers se encuentra a 50km al sur de Bruselas.
Indescriptible, se trata de la catedral, el centro de la Abadía Villers..
Parece que mi afán por descubrir mundos derruidos y olvidados no se ha acabado. Ayer en uno de esos días que no apetece hacer nada, con un pronostico de tormenta en la pantalla del televisor, acabé golpeándome la cabeza contra la pared. Sarah se dignó a sacarme de este sopor obligándome a vestirme y ponerme al volante del coche.
Con estas ganas me acerqué a un pequeño pueblecito donde se rumoreaba que todavía quedan las ruinas de una enorme abadía. Por desgracia las ruinas se han convertido en un atractivo turístico y por tanto hay que pagar una desproporcionada entrada de 5 euros por persona. La abadía se puede visitar en una o dos horas según el humor de perros que te acompañe, es interesante que te dejan andar por donde te apetezca sin tener que seguir un camino predeterminado. Se puede entrar parcialmente en algunas catacumbas y en alguna que otra celda. Sin embargo muchas zonas se encuentran valladas para proteger al turista, supongo que es inevitable pero le quita bastante atractivo. Visitar esta abadía hace 50 años probablemente sí hubiese sido mucho más divertido.
Imagen desde el exterior.
Algunas catacumbas estaban inundadas, me dieron ganas de ponerme unas botas y meterme para adentro, ¿qué hubiese dicho Indiana Jones?
Estas son ya otras partes de la Abadía, ventanas sin vidrieras...
Al menos cortan el cesped...
No queda mucho de la abadía que no sean las paredes de la misma, como casi siempre, lo que más afecta del paso del tiempo a este tipo de abandonos no es precisamente el viento, el agua o el frío, es el poco respeto humano, así la abadía, al igual que cualquier otro antiguo monumento ha sido saqueada cientos de veces y despojada de toda clase de elementos decorativos.
La abadía está actualmente protegida por la UNESCO y se trata de las ruinas más importantes de en Europa. Su construcción se comenzó en el siglo XII, pero ha sido reconstruida decenas de veces. Fue finalmente abandonada durante la revolución francesa. La última restauración se realizó en 1984, Hoy hubiese pagado 10 veces más por haberla podido visitar en 1983, aún así se merece una visita. Nada mejor que la página oficial para informarte un poco, aunque me repele el hecho de que no lo expliquen todo para que tengas que comprar la guía cuando llegas allí...
Nos recorrimos el pueblo en busca de la cerveza autóctona, y la encontramos, pero también descubrimos que el pueblo es una ciudad dormitorio, no hay NADA interesante lejos de la Abadía. La cerveza resultó ser una de las mejores que hemos probado en estas tierras, se llama Villers. Probamos la negra (Brun embase azul) y la rubia (Trippel embase dorada). Son cervezas fuertes (entre 7 y 8 grados) y sabor típico de las cervezas belgas, parecida a la Chimay roja. Personalmente me quedo con la negra aunque resultó mucho más difícil de encontrar, en la imagen solo os muestro la rubia.
El trofeo de la última visita.
3 comentarios:
Que pena, no se si tendre el tiempo para poder visitarla...
Me recuerda a los blogs de lugares abandonados, como éste ...
Esos lugares tienen algo especial ... pero aterrador
¿EMBASE?
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