lunes, junio 22, 2009

El otro lado de Bélgica III

Primer capítulo aquí.
Segundo y tercer capítulos aquí.

IV

En vísperas de año nuevo se formó una grieta en el hielo a medio kilómetro del barco. Dejaron pasar dos semanas pensando que la grieta seguiría avanzando, sin embargo pronto se hizo evidente que si no hacían nada su suerte no iba a cambiar. El capitán además empezaba a temer que alguno de sus hombres perdiese la cordura y se escapase a la desesperada. El capitán Gerlache mandó una pequeña expedición hacia la grieta para sondear y medir el grosor del hielo hasta el barco y por ende intentar construir un canal a través del hielo, tarea imposible pero que mantendría a la tripulación ocupada y con los pensamientos en otro lugar. Durante las dos siguientes semanas trabajaron sin descanso a base de serruchos y palas.

Llegó febrero y cuando parecía que lo imposible se volvía posible, cuando entre el canal y el barco había menos de 100 metros, el viento cambió de dirección y la grieta se volvió a cerrar por completo. El otoño seguía acercándose y una vez más estaban atrapados en medio de una planicie blanca infinita.


BELGICA atrapado
Foto obtenida desde el puente del BELGICA el 3 de febrero tras haberse cerrado el canal de hielo.

El 15 de febrero de 1899 a las dos de la mañana las voces mezcladas con terribles crujidos del casco despertaron al capitán, con la luz del alba la grieta volvió a aparecer y ayudado por el canal que habían creado se había extendido hasta el barco. Encendieron los motores por vez primera en más de un año y ayudado por la tripulación tirando del barco con cuerdas consiguieron liberarlo. Las siguientes horas las pasaron arreglando pequeñas grietas y fugas en el abollado casco por donde se filtraba el agua. Volvían a flotar.


BELGICA no tan atrapado
Foto obtenida el 16 de febrero, cuando el barco había conseguido desengancharse del hielo y volvía a flotar en una grieta.

La grieta en el hielo se extendía durante varios kilómetros pero por desgracia no les llevó hasta mar abierto. Se pasaron un par de días estudiando la forma de salir de allí. Todavía tenían ante sí 10km de hielo.

Las temperaturas volvían a empezar a bajar y la barrera del hielo pronto comenzaría a hacerse más y más grande, no les quedaba mucho tiempo. Una vez más y esta vez a la desesperada, volvieron a poner el pie en la hielo cargados con serruchos y palas. Durante un mes la tripulación trabajó sin descanso día y noche, cortando hielo y creando un canal interminable, sabían que era su última oportunidad. A razón de 300m al día, unas veces más unas veces menos y sobretodo movidos por el terror al invierno antártico, la tripulación se fue abriendo paso por la placa de hielo y a mediados de marzo consiguieron salir de allí.

Las dos siguientes semanas no fueron tampoco placenteras, navegando en las peligrosas aguas del antártico con un barco estructuralmente muy debilitado, esquivando icebergs día y noche, luchando con las tormentas otoñales. El 28 de marzo por fin pusieron el ancla en el puerto de Punta Arenas. El calvario se había acabado. Allí y durante varios meses la tripulación volvió a engordar esos kilos perdidos en el hielo y realizaron las pertinentes reparaciones del barco.


Agua y hielo
Foto obtenida a finales de marzo tras haber conseguido salir a mar abierto aunque todavía rodeados de placas de hielo por todos los lados.

V

El 5 de noviembre de 1899, después de 3 años, el barco llegó al puerto de Amberes donde fue recibido con honores por el rey y la población belga, esta expedición fue la primera en:

  • Ser 100% con fines científicos
  • Pasar un invierno en la Antártida (13 meses)

Entre su tripulación se encontraba gente que más tarde pasó a ser leyenda por sus hazañas, parece ser que un año atrapados en el Antártico no fueron aventuras suficientes, seguro que alguna vez habéis oído el nombre del Neoyorkino Dr Frederik Cook, que años más tarde sería el primer hombre en poner un pie en el polo norte (0º,90º), y el del noruego Admusen, que sería el ser humano en poner el pie en el polo sur (0º,-90º) y el primer capitán en atravesar con su barco el paso del norte (del atlántico al pacífico por el ártico) donde muchas otras tripulaciones habían fracasado y/o perecido.

El barco BELGICA fue revendido años más tarde a Noruega y acabó en el fondo del mar herido de muerte por los bombarderos alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Triste destino para tan grandes hazañas.

2 comentarios:

Luis M. Garcia dijo...

Felicidades por tu relato, me recordó cuando lei la odisea de Amundsen, de como se preparo comiendo 6 meses carne de oso para tener un cuerpo practicamente de oso para su conquista al polo sur movido solo por la idea de la fama al contrario de Scott que finalmente murio en una cueva en la antartida siendo el segundo hombre en llegar al polo sur y el si con un fin netamente cientifico. Ignoraba por completo esta historia muy buena.

Bultza dijo...

Gracias Luis, yo me enganché a estas aventuras con el libro "The Terror", nombre de uno de los barcos donde Franklin murió intentando cruzar el paso del norte 50 años antes que esta otra expedición. Franklin estuvo atrapado por lo menos entre 2 y 3 inviernos con vida por allí arriba y encontraron varias tumbas y mensajes dejados por la tripulación, lo último que se sabe es que a la desesperada abandonaron el ultimo barco que les quedaba e intentaron ir andando hacia el sur a tierras más cálidas, pero todos perecieron en el intento.

El libro que me leí es de ciencia ficción y terror pero coge todos los datos que conocemos de aquella expedición me gustó bastante pero bueno, no deja de ser ciencia ficción. Por desgracia seguro qeu la realidad resultó ser mucho ma´s interesante pero es algo que nunca sabremos. El libro aquí