Ahora el vecino quisquilloso soy yo

En Bruselas nunca he tenido suerte con los vecinos, siempre me resultaron demasiado quisquillosos, venían a quejarse de la música a cualquier hora del día (incluso a la 1 del mediodía). En su día me repasé las normas cívicas de la capital europea, al parecer, no se puede hacer ruido de 22.00h a 07.00h.

Tener vecinos así durante 4 años me ha hecho convertirme en una persona muy cuidadosa con el ruido, tengo una alarma interna y aunque no tenga un reloj a mano, a las 22.00h bajo el volumen de la televisión o la radio al mínimo, apago los altavoces del ordenador, desconecto la guitarra eléctrica, apago luces, voy poco a poco entrando en modo hibernación.

Desde que corro por las mañanas necesito imperiosamente irme a dormir pronto, a las 23.00h ya voy arrastrándome y golpeándome contra las paredes, a las 00.00h ya no hay luz en casa, empiezo a caer, esto... ya ...zzzzzZZz.

Un estruendo enorme, plack pum pum ffffffffffffffffhhhhhhhhh, pum pum, pfffffffffffffffffhhhhh. ¿Qué hora es? ¿Las 8 de la mañana?, miro el reloj, ¡¡son las 00.15h!!, emergencia, a la vecina de arriba le ha dado un ataque de limpieza y ha encendido la aspiradora. 15 minutos dando vueltas a la cama con el sonido de fondo, a esas horas una aspiradora suena como el transbordador espacial intentando despegar. 00.30h, ya acabó, vuelvo a caer... zzzzZZZZ.

Dos semanas más tarde se repitió la historia, no podía creérmelo, así que me puse las zapatillas y me fui a saludar a la vecina de arriba, subiendo las escaleras me flaqueaban las fuerzas, me estaba convirtiendo en el malo de la película, no quería ser como mi anterior vecina, narices pero ¡mañana quiero ir a correr! Me abre la puerta y sin decir absolutamente ni una sola palabra ella se disculpa, me dice que tiene visita mañana, que no ha podido venir antes, se me ocurren mil cosas que decirla, pero solo la sonrío con los pelos para arriba y el pijama... Me voy a dormir ... zzzzZZ.

Desde entonces no la hemos vuelto a oír, la he debido de dar mucho miedo y mira que siempre ha sido especialmente ruidosa, pero por mi mientras un día de labor no meta ruido después de las 00.00h yo estoy contento.

Estos días de tanto calor he conseguido por fin engañar a Sarah y a Epi, dejo la ventana abierta con la cortina puesta y ellos no se dan cuenta, entra el fresquete de la noche y normalmente no se oye un alma, te despiertas por la mañana con la temperatura perfecta.

Estas son las vistas de la ventana. A la derecha en la casa con luz viven los italianos del barrio. La imagen la he tomado con mi nueva lente Ojo de pez de 8mm. Cada año me compraré una lente nueva :). (Si es que sigo teniendo trabajo).

Pero ayer a unos vecinos italianos les dio por cenar en el jardín al aire libre aprovechando el calor. A la 1 de la mañana todavía seguían riendo y hablando cada cual más alto. No me lo podía creer, ¿nadie me deja dormir en este vecindario? ¿Mañana no trabaja la gente o qué? Sobre la una de la mañana me asomé a la ventana, allí estaban a grito pelao. Cojo aire, mucho aire, "SSSSSsssssshhhh", qué menos, todos se callan, por fin se dan cuenta de que tal vez se están pasando. Sus conversaciones se convierten en susurros lejanos que se confunden con el ruido de las cortinas mecidas por la brisilla. Me vuelvo a la cama y todavía con esos susurros vuelvo a sentir como vuelvo a caer, esto... ya... zzzzzzzzzZZ.

Y entonces suena el despertador, es hora de ir a correr.