El año pasado me enfadé muchísimo cuando fui a apuntarme a clases de fotografía, después de esperar meses a que llegase el día de apertura de las inscripciones, en secretaría (llegué casi el primero) me dijeron que las inscripciones llevaban agotadas 3 meses, las listas se llenaron durante el periodo de “preinscripciones”, esto solo me podía pasar en Bélgica...
El hombre es el único animal que conscientemente tropieza dos veces sobre la misma piedra así que había encasillado el día de las preinscripciones (día de puertas abiertas) con los colores más fosforitos que pude encontrar en las tiendas, este año iría a clases de fotografía sí o sí.
Evidentemente si algo raro no me pasa a mi, no me llamaría Aitor ni sería de Bilbao. ¿Quién me manda meterme en estos líos?
El miércoles pasado me fui a hacer la preinscripción con una sonrisa de oreja a oreja, pero no iba a ser todo coser y cantar, en la recepción me dijeron que tenía que buscar a un hombre bajito, delgadito, calvo y con gafas en medio de la fiesta organizada por las jornadas de puertas abiertas, él tenía en su poder el ansiado cuadernillo de las preinscripciones, él era el master del Universo, el profesor de fotografía.
Tras 1 hora de búsqueda y errar el tiro en un par de ocasiones, lo conseguí encontrar, durante esos nerviosos minutos me fui recreando y empachado de los trabajos de los alumnos de último año, me hice a la idea de lo que me esperaba durante el curso y la cosa no pintaba demasiado bien, qué alumnos más raros tenía este profesor y vaya temáticas más raras.
El profesor me dijo que debía esperar una cola de dos personas para hacerme la entrevista. Mierda, ¡mi francés es muy malo para una entrevista! Durante la espera que duró unos 20 minutos la incansable Sarah cambió el registro a francés para que yo me fuese soltando en este idioma que cada día utilizo menos por desgracia.
Veinte minutos después y con el francés algo menos oxidado ya, el profesor me llevó a una esquina y empezó a explicarme que había tanta gente que necesitaba hacer una preselección, me preguntó porqué quería aprender con él, aficiones, trabajo, me hizo apuntar mi nombre en el ansiado libro, en menos de 7 días debía enviarle algunas fotos mías... Una semana más tarde avisaría por mail a los afortunados futuros alumnos. Por supuesto, me dio su tarjeta y me dijo que debía buscar su email en su propia página web para enviarle las fotos, donde podía además admirar su trabajo.
Me fui contento para casa...
Al día siguiente me puse a buscar su dirección de email y fue cuando se me vino el cielo encima. Por un lado el arte que promueve este profesor es sobretodo de retoque fotográfico y post-procesado. Si bien yo no estoy en contra de esto, lo que quiero aprender es el arte de la fotografía, no el del post-procesado. Aún así no me desanimé, seguí mirando. Su trabajo se basa sobretodo en arte de desnudos, recuerdo que el año pasado decían que en ocasiones habría modelos desnudos que fotografiar, ningún problema, el cuerpo en si es una obra de arte y seguro que se pueden hacer magníficas fotografías, tocar la temática durante un periodo de la materia dada no me importaría en absoluto.
Entonces seguí mirando más páginas y descubrí que el profesor no solo es profesor, es también un consumado artista que ha expuesto sus obras en muchas ciudades, incluyendo en el otro lado del charco.
Y me fui adentrando más y más en sus obras, descubrí su sección pornograficartística, bueno... además el protagonista era él, bueno... entonces, la cosa fue incluso más allá de esta temática, límites que me abstengo a describir y que dejo escapar en la mente del lector.
"Yo no sé si este tipo es un loco o un genio" me decía un amigo que quería apuntarse conmigo, sin duda ha dado en el clavo, no debe de haber ninguna diferencia entre los locos y los genios o entonces no puedo entender el éxito de este hombre.
Leyendo las bases del curso, este año especifica que la temática principal serán los desnudos, la frase del año pasado era, si no recuerdo mal, que habría de vez en cuando desnudos para fotografiar.
Y a mi me toca buscar un nuevo profesor de fotografía pues creo que son muchas otras cosas las que necesito aprender. Eso sí, tengo que reconocer que su obra no me ha dejado indiferente, y en eso se basa el arte moderno, ¿no?