lunes, mayo 16, 2011

La primavera a Bélgica altera

Este año estamos viviendo el mundo del revés. Durante los dos últimos meses hemos visto pasar alrededor de una o dos nubes por los cielos bruselenses, y el tamaño de éstas era inferior al de 2 días de longitud. Al parecer las nubes han decidido emigrar al sur de Europa y el mediterráneo parece estar continuamente bañado en lluvia belga esta primavera. ¿Puede alguien confirmar si huelen a chocolate por allí abajo?

En el trabajo o en casa, cada vez que tenemos visitas y les comentamos el buen tiempo y lo extraño del reducido tamaño de las nubes siempre nos responden, con una sonrisa de oreja a oreja, que deben de haber sido ellos los causantes. Y de esto no se salva ninguno ya sean amigos, conocidos, familiares o gente de negocios. Conversaciones ultrarepetidas que más de uno estará soltando por la boca a menos de doscientos metros de donde estoy sentado mientras aporreo el teclado del ordenador.

El caso es que no sólo el tiempo está boca abajo aquí (dificultando el dormir por las noches), los belgas, buscando todavía al presidente del gobierno bajo las alfombras del palacio real, se alteran a su manera de tal forma que sigo teniendo esa vaga sensación de que vivo en una extraña comedia la cual solo ellos comprenden. Tal vez sea por eso que a este país le llaman el país del comic.

Si bien todavía era invierno, seguramente porque se entreveía ya una primavera larga y duradera, hace unos meses aconteció uno de esos capítulos donde el escenario perfecto solo puede estar situado en suelos belgas. Se produjo una agresión a un conductor de metro y como era la segunda vez en menos de un mes, sin previo aviso, una bonita mañana de febrero, Bruselas amaneció paralizada en el caos absoluto donde los autobuses y los metros, los tranvías y los trenes dejaron de existir. En las autopistas las colas se volvieron kilométricas y las bocinas tomaron las calles colapsadas de la ciudad.

Esa tarde, en medio del caos, se filtraron los vídeos de las cámaras de seguridad de la estación en la cual se produjo la agresión y todos pudimos ver que el que levantó la mano fue el conductor. A la mañana siguiente, como si nada hubiese pasado, Bélgica se levantó un día más y los autobuses volvieron a la vida. ¿Aceptamos guión? Lo creáis o no, yo ya he tenido un par de rifi rafes con los conductores (en una de ellas el conductor del autobús lo paró en medio de una calle, se bajó del mismo y vino a encararse, yo me fui de allí, increíblemente y por la única vez en mi vida, jurando en belga).

A la mayoría de los conductores, perdón, belgas (que no a todos) les importas tres pepinos, algo que por desgracia es norma común en este país. Porque por mucho que nos quejemos de nuestra querida península, allí abajo al menos me encontraré con una sonrisa en la cara del camarero y alguien irá a socorrerme si me caigo en el bordillo de una acera. Aquí en Bélgica ni siquiera hay barrenderos, la mierda se acumula en las calles y si un día me caigo, la gente me pasará por encima y me pudriré hasta que un perro se lleve los huesos y los entierre en algún lugar de esta pestilente ciudad.

Pero ¿la primavera a Bélgica altera?, pues para seguir con la comedia, porque con tanto sol nos empezamos a aburrir, ayer un taxista atropelló a un policía en el aeropuerto, quién sabe, tal vez no le vio o tal vez intentó evadirse por tener algún papel caducado. El caso es que el conductor acabó en el hospital con un balazo en el hombro y los taxistas decidieron tomar el control del aeropuerto para protestar. En vez de ir a una comisaría y provocar un poco de impacto mediático con carteles de abuso a la autoridad como haría cualquier otro país “civilizado”, no se les ocurrió otra cosa que cerrar los accesos al aeropuerto y j*der al resto de mortales que necesitábamos viajar.

Pero por lo menos hace buen tiempo y puedo hacer excursiones en bici en manga corta, algo que hacía más de 6 meses que no experimentaba, eso sí, envuelto en una densa capa de esperma expulsada por las plantas de este país. Y una vez más no exagero, no se si habrá sido el calor o la falta de humedad, pero si te tumbas media hora en el parque, te despiertas bajo una gruesa capa de polen.

Disculpen la tardanza de este post que debería haber aparecido hace unos días. Blogger (google) nos bloqueó el acceso para publicar cosas a media blogosfera.

lunes, mayo 02, 2011

El cactus y otra historia para no dormir

El mes pasado dejé a Sarah en el hotel durmiendo mientras intentaba retratar una vez más la Vía Láctea tal y como lo conseguí el verano pasado. Por desgracia las vacaciones coincidieron con la Luna llena y eso hace muy difícil fotografiarla. Aquella noche salí dispuesto a jugar contra natura.

Antes de meterme a la cama, preparé la mochila y calculé el momento exacto en el cual hacer mi fotografía, el paisaje y la composición las había ya elegido el día anterior, tenía que estar en el lugar programado sobre las 4 de la mañana.

Cuando la luna está llena, se mete al mismo tiempo que el amanecer y no hay posibilidad de tener un cielo totalmente oscuro. Estando la luna al 90% como se encontraba aquel día me daba aproximadamente 15 minutos de oscuridad absoluta y por ende, la tan ansiada Vía Láctea. La oscuridad absoluta se da una media hora después de que se ponga la luna y algo más de una hora antes del amanecer, posiblemente 2 horas.

Y así aparecí yo a las 4 de la mañana saltando entre rocas de lava volcánica en completa oscuridad para intentar componer mi primer paisaje astronómico (no producto del azar). Pero como cabía esperar, todo salió del revés. Mis cálculos se torcieron y me atrevería a decir que hubo menos de 5 minutos de oscuridad absoluta si es que en algún momento realmente lo hubo. Esos 5 minutos me los pasé acongojado contra una roca volcánica mientras oía un extraño ruido a lo lejos y maldecía a neptuno y toda su prole que había traído una capa de nubes justo en el momento exacto.

Por supuesto incluso la composición salió mal pues lo único que os traigo aquí es el dichoso cactus con Escorpio de fondo y la Vía Láctea, tras este encuadre incorrecto (no quería sacar ninguna luz artificial) y cuyo fin era probar el encuadre final, no hubo tregua alguna.


Cactus y estrellas.
Si pasan el ratón por encima de la imagen podrán observar las constelaciones. Y click para hacer zoom! La vía láctea se intuye en el lado de Sagitario, el cúmulo de estrellas M7 y la cola de Escorpio. El centro de nuestra galaxia está precisamente hacia Sagitario.

Tras las nubes llegó el amanecer y con él la figura de una lejana palmera solitaria en medio del mar volcánico que empujada por el viento era la culpable de mis pesadillas nocturnas.

Asqueado guardé todo una vez más en la mochila y me fui a dormir la mona bajo el sol a esperar a que el resto de mortales despertase y que abriesen el comedor de los desayunos.


Cactus y nubes.
Esperando bajo la capa de nubes, se pueden ver la contaminación lumínica de las ciudades no muy lejanas. Es una foto de varios minutos de exposición. En realidad estaba todo mucho más oscuro. Se puede ver alrededor mío una luz roja, era la que usaba para mirar mis aparatos. Los cactus los iluminaba yo artificialmente con una linterna.

Cactus y nubes.
Finalmente acaba la capa de nubes, pero ya se intuye la llegada del amanecer. ¡Nooooo!.