miércoles, agosto 31, 2011

En Bruselas, a acabar el trabajo

Tras una semana en Bruselas, las cosas se van normalizando y hoy he vuelto al trabajo, aquí me quedan unas 4 semanas todavía antes de despedirme y mucho por hacer, como casi siempre. Os dejo con una foto que saqué en la puerta de entrada de la oficina que me ha hecho mucha gracia esta mañana, hasta los belgas están resignados con el tiempo de este verano, el peor verano que he vivido sin duda en este país.


Summer is (in theory!!!!!!!) with us...

Estos días he aprovechado además a mejorar algunas cosas y arreglar errores del panel desde el cual podíais seguirme en directo en mi periplo con la bici. Entre ellas he completado los datos que faltan de los días que tuve problemas con Internet. Durante mi viaje en bici, el móvil iba enviando mi posición a Internet en directo, luego en el servidor se hacían todos los cálculos de velocidad y distancia. Si se pierden datos, se os muestran datos no muy correctos sobre mi velocidad media o distancia total recorrida, sin embargo la ventaja es que puedo parar la aplicación (cuando descanso) o usar diferentes aplicaciones independientes para guardar los datos. Ya preveía que iba a tener problemas de acceso a Internet (sobretodo a la entrada en Francia) y por tanto los datos además se iban guardando en el móvil para que en el futuro, si se daba el caso, poder subir de nuevo los datos al servidor en Internet. Hacer esto ha sido más complejo de lo que pensaba pues si pones un nuevo dato entre dos puntos que previamente ya han calculado distancias totales y velocidades medias, necesitas volver a recalcular todo para cada punto de la misma etapa. El resultado ha sido un script bastante cargado pero como solo lo voy a usar una vez por etapa, no importa demasiado perder el tiempo en optimizaciones. El script lo acabé ayer (pensaba haberlo hecho sobre la marcha por las noches durante el viaje porque no me dio tiempo a acabarlo antes de salir) y he subido todos los datos de las primeras 7 etapas, el resultado es que ahora los datos que aparecen, sobre todo de las etapas 3 (cuando crucé a Francia) y la etapa 7 (cuando me cortaron Internet móvil) han quedado más completas.

Recomiendo echar un vistazo de nuevo a la etapa 3 que fue sin duda el día más duro (no físicamente). Debido a los problemas de acceso a Internet, decidí usar "MyTracks" de Google en vez de mi propia aplicación para guardar los datos, además no apagué el "tracking" como suelo hacerlo con mi programa (cuando ponía en directo que andaba descansando) como resultado podéis ver mi desesperación en Dunkerque (para verlo a máximo zoom, pulsar el botón de "satélite" en el mapa) y la de vueltas que di (visitando 5 tiendas diferentes en 8 ocasiones) y algo parecido en 2 tiendas en Gravelines más adelante que visité en 4 ocasiones. A la salida de Gravelines además veréis donde tuve el "incidente" con la bici donde estuve parado en un semáforo arreglando la bici con bridas durante una hora. Además se puede apreciar mi odisea y visitar el "cómo llegué a Gravelines", primero lo intenté por la carretera D601 pero resultó demasiado peligrosa (era una autovía!!) así que me metí por una carretera cortada, la D301 campo a través y esquivando señales y barreras, carreteras abandonadas, saltando alguna vaya de prohibido y cruzando de forma fraudulenta unas vías del tren que eran muy nuevas y no aparecen en el mapa de google (creo que estaban por estrenar todavía), todo para evitar la dichosa "autovía D601". Pero como ya os comenté, no iba solo, conmigo iba un padre flamenco con sus 3 hijos de entre 10 y 15 años en sus bicis cargadas de bolsas (el padre llevaba carrito).

El cuenta kilómetros se ha quedado finalmente en 583km, aunque por el redondeo creo que en realidad estará más cerca de los 590km más los 40km que me hice el día 8 para volver a Bruselas.

Con respecto a pesos y qué narices llevaba conmigo, tengo que hacer una lista más completa pero é aquí el resumen.

El peso total que llevaba era de 25,2kg (cuando salí de Bruselas) repartidos en 6 bolsas.

Detrás eran 3 bolsas con un total de 17kg (la parrilla especifica un máximo de 25kg y la rompí al saltar un bordillo en Gravelines (etapa 3)):

  • Bolsa derecha con las herramientas de la bici (bolsa pequeña a mano) y todo el tema de acampada, tienda, saco de dormir, almohada y para rellenar lo último y a mano el chubasquero y la crema solar.
  • Bolsa izquierda con toda la ropa, ropa interior, camisetas, pantalones, toallas, neceser y botiquín de emergencias.
  • Bolsa central con toda la parafernalia electrónica y artículos de valor (es en realidad una bolsa desmontable que se convierte en mochila), panel solar, ordenador, baterías, 2 libros, cámara, trípode, lentes, linterna de cabeza

De la bolsa trasera a la cesta, un cable USB que daba energía al móvil situado en la parte delantera de la bici.

Delante 3 bolsas con un total de 8,2kg. La parrilla delantera especifica un peso máximo de 8kg y yo llevaba unos 6-7kg (la cesta no cuenta en esa parrilla).

  • Bolsa derecha con todos los elementos para hacer comida y una botella de agua de litro y medio, camping gas, tapers, plato y vaso, bolsas etc.
  • Bolsa izquierda con todos los mapas menos el que llevo usando y toda la comida, fruta, pasta, arroz, chocolate, frutos secos, queso, jamón, etc.
  • Bolsa central o cesto con artículos de valor y necesidad inmediata, cartera, móvil, llaves, cámara, mapa, brújula, papeles, Boli y linterna pequeña.

Además llevaba dos botellines que sumaban 1.5litros y unas minibolsas con más herramientas para la bici debajo del sillín.

Cuando me paraba en algún sitio y necesitaba dejar la bici desatendida, desmontaba las dos bolsas centrales de valor y me iba adentro con la mochila puesta y bolso (la cesta se convierte en bolso) y le ponía un candado a la bici.

Lo peor del viaje por orden de preferencia:

  • La soledad
  • La humedad y frío matutinos
  • Las carreteras nacionales Francia (no preparadas para ciclistas)
  • Los campings de más de 4 estrellas.
  • Las marcas de ciclista de la camiseta del sol! :-D
  • Los dolores de cuello.

Lo mejor del viaje por orden de preferencia:

  • El aire libre, 7 días 24 horas.
  • La reacción del cuerpo al exprimirlo por completo energéticamente.
  • La sensación de total libertad.
  • La sensación de estar perdido lejos de todo el mundo y no saber hacia donde seguir ni si tendrás fuerzas para llegar a la meta del día. Es una sensación terrible pero que cuando te metes al saco para dormir es totalmente contraria, dices, Qué pasada de qué lío me he escapado.
  • Comer a la sombra de un árbol
  • Ver el atardecer mientras cenas en la entrada de la tienda.
  • Los paisajes.
  • Mi cara en el espejo después de 7 días en la calle.
  • El silencio y la tranquilidad.

Por cierto, llevaba móvil con Internet y acceso a Google maps, pero a la luz del día y con el plástico protector de agua, no se podía usar el móvil. Para navegar usaba la brújula y el mapa. En momentos de duda grande (una vez cada 2 horas o para encontrar la meta) sacaba el móvil de la cesta, pero sin ninguna duda, imprescindible usar el mapa y la brújula! Me he dado varias veces la vuelta (180 grados) al mirar la brújula y ver que había cogido la carretera en la dirección incorrecta.

Cosas importantes que me han faltado:

  • Esterilla
  • Camiseta extra de no deporte de repuesto
  • Jersey para dormir
  • Boli de repuesto
  • Jabón para limpiar ropa

Errores que he cometido

  • Asumir que todas las carreteras nacionales francesas tendrían carril bici o arcén
  • No haber preparado a conciencia de forma individual cada etapa con sus perfiles
  • No llevar salsa!
  • Asumir que en Francia tendrían tarjetas SIM prepago con tarifa de datos.

Si necesitáis acceso a Internet en Francia, ir a una tienda de Orange (las encuentras actualmente (2011) en Google maps buscando France Telecom) y decirles que queréis un acceso de un mes con una tableta con acceso 3G (tipo iPad) y por 25€ podéis tenerlo cubierto.

Ya he corregido todos los problemas para volver a intenterlo, si se confirma que salgo a finales de septiembre, solo me falta arreglar la parrilla de la bici (estoy esperando a que me llegue una pieza) y comprar en una tienda Orange la dichosa tarjeta SIM de datos...

martes, agosto 23, 2011

7 días y de Vuelta a Bruselas

La etapa 3 fue preciosa, soleada y los carriles bici abundaban, sin embargo la etapa 4 fue fría, con mucha lluvia y sin carriles bici. Fue un día más de desesperaciones. Ese día decidí que no se puede uno fiar de google maps y ni siquiera de los mapas que llevaba encima. Lo mismo coges una carretera principal con un precioso y amplio carril bici como coges otra algo más pequeña y resulta ser como una autovía sin arcenes.

Después de atravesar una tormenta eléctrica (algún rayo calló a unos 500m de mi bici mientras pedaleaba) y con la cual no me atreví a poner pie en tierra, me dirigí hacia la ciudad de Dieppe. La carretera, para mi sorpresa se convirtió en autovía, si bien las bicis no están prohibidas en esas carreteras, el sentido común no deja a uno meterse por esos berenjenales, al salir de Bruselas alguien ya me dijo y no lo olvido “Aitor, valiente sí pero loco no”. Así que los últimos 10km de etapa se convirtieron en 20km dando un rodeo para llegar al mismo destino. Eran las 6 de la tarde y aquello, con tanta agua y tan oscuro parecía el fin del mundo.

Ese día decidí cambiar totalmente de estrategia, la etapa 6 la programé utilizando únicamente carreteras que fuesen de color blanco en mi mapa (carreteras peores que secundarias), el día salió bonito y soleado, tuve unas vistas magníficas del interior de Francia y fue sin ninguna duda el día más bonito de toda la travesía.

En la etapa 7 hice algo parecido, solo que esta vez intenté acabar cerca de una ciudad para poder tener acceso a un tren y dar por terminado el viaje. La decisión de acabar tan pronto la tomé entre las etapas 5 y 6, pero antes quería llegar a completar un tercio del camino. Por desgracia Internet ha sido todo un desastre en Francia y se me acabó a unos 15km de mi meta lo cual me dejó incomunicado, con un domingo de viaje por delante sin sitios donde recargar el móvil. En el panel creo que al menos marcaba que andaba descansando...

Las razones para haberme vuelto a Bruselas son varias pero la principal de todas es que con cada cuesta que me encontraba, había un peso que no podía soportar más y me tiraba de nuevo hacia atrás. Podría haber continuado el viaje por fuerza y físico, desde la etapa 6 me sentía mejor por las mañanas, con más energía, pero psicológicamente iba a peor. La razón para volver tan prematuramente ha sido la misma que me obligó a aplazar mi salida. Todo se me ha ido echando encima estos dos últimos meses y no esperaba yo ni mucho menos que después de 5 años preparando este viaje, me iba a encontrar en una situación tan difícil para intentar completarlo.

Si todo hubiese ido como me esperaba, hubiese tenido 5 días más de viaje y nada que hacer ni a nadie con quien estar en Bruselas, mi meta hubiese sido Bilbao y si algo hubiese pasado durante el camino, mi destino, ya sea encima de la bici o de un tren, hubiese sido Bilbao. Mi idea era “morir” en el intento y que acabase donde acabase, como si llegaba a la situación de solo poder hacer 10km al día, los últimos días alguien desde Bilbao vendría a rescatarme. Pero todo ha dado un giro de 180 grados este último mes, una vez más este lunes me necesitaban totalmente en Bruselas y mi conciencia no me dejaba pensar en otra cosa. Y no solo eso, yo había prometido estar en contacto directo a diario con Internet desde Francia, algo con lo que he fracasado totalmente porque Francia no se ha dejado.

… Y es que volver a Bruselas no ha sido pan comido, ha sido toda una odisea. Me fui en tren a París y desde allí me dijeron que no existían trenes a Bélgica que aceptasen llevar mi bici. ¡Horror!, la solución que tomé, y apuntarosla por si algún día estáis en la misma solución, fue coger un tren destino al pueblo más cercano con Bélgica (Valenciennes) y cruzar la frontera en bici (35km), donde en el siguiente pueblo más cercano (Mons) cogí el tren a Bruselas. Se me caían las lágrimas el domingo por la noche cuando comencé a ver terreno conocido...

Me siento muy raro de vuelta en casa, con todas las alforjas todavía llenas. Es una sensación muy rara pero tenéis que entender que cuando uno empieza un viaje así, lo hace muy motivado y lleno de adrenalina, yo cuando salí de Bruselas salí muy triste y sintiendo que me iba de donde más me necesitaban. En Bruselas ahora me siento algo decepcionado por el viaje, pero por suerte no me queda mucho tiempo para pensar en ello. Llevo ya más de 24 horas en Bruselas y no tengo tiempo ni para leer los emails, mucho menos para escribir en el blog.

¿Y qué pasará con el resto del viaje? Pues no lo sé. Ahora tengo la cabeza en cosas más importantes pero tal vez, y digo solo tal vez, pueda continuar el viaje allí donde lo dejé cuando las cosas se calmen un poco por aquí. Tal vez a finales de septiembre, o tal vez dentro de 10 años...

Si tenéis la posibilidad de hacer un viaje como este, no lo dudéis jamás. Tras ocho días 24 horas en la calle, uno se siente totalmente renovado, energético. Es una sensación increíble. Me ha llovido encima como nunca, me ha caído el sol de medio día como nunca, he visto cosas que no creeríais, cosas preciosas y cosas horribles, naturaleza, ciudades industriales, pobreza y riqueza, he hablado con personas de todas las condiciones, me he sentido como un vagabundo pidiendo asilo y como un ricachón comiendo bajo la sombra de un gran árbol en el monte. Y todo esto en tan solo 7 días, ¿cómo hubiese sido en 3 semanas?

Por el momento parece que gastaré algún mes más en Bélgica, y esto me ayudará a desentrañar algunos ases de la magna que tengo de este país...


Acantilados al mar. Aquí las mareas son más grandes de lo que estamos acostumbrados en Bilbao. Y os lo creais o no, en esa etapa tuve que subir esa altura de los acantilados, una pereza enorme...


La bici con el chubasquero puesto...


Lugares y paisajes preciosos


No siempre por carreteras asfaltadas


Durmiendo en el camping del terror, con una fina capa de niebla y carabanas abandonadas...


Allí estaba yo sí, y la bici boca abajo en plena sesión de mantenimiento matutino


Reparando un pinchazo en medio de algún lugar perdido de francia


Mi perspectiva durante el viaje, notese el mapa y la brújula.


Mi última noche tuve la ocasión de compartir cena con otra pareja de cicloturístas que al igual que yo iban a pasarse más de 20 días sobre la bici en Francia...

jueves, agosto 18, 2011

Dia tres y medio de viaje

Si la etapa 2 fue dura por el viento en contra, la etapa 3 fue una pesadilla. Empecé temprano porque sabía que me llevaría tiempo encontrar una tienda de telefonía para tener una tarjeta SIM con internet, el día se presentaba bonito y enseguida crucé la frontera. Las carreteras en francia son todo lo contrario a las belgas, no hay carril bici y los coches pasan a una velocidad de vértigo a pocos centimetros. En el primer pueblo me crucé con otros cicloturistas (como nos llaman), 3 chavales de entre 10 y 15 años y su padre. Continué hasta Alburquerque y allí perdí unas 3 horas de tienda en tienda para conseguir una tarjeta SIM prepago con Internet, algo que en francia al parecer no existe (Palabras de todos los dependientes). Al final conseguí por 10€ 50mb, y lo uso exclusivamente para mandaros mi posición periódicamente y para mi navegación (google maps y búsquedas de lugares de acampada), pero me filtran todo lo demás, ni siquiera me dejan acceder a FTP para subiros fotos.

Al salir de Alburquerme me volví a encontrar con la familia de cicloturistas y me uní a ellos. Para llegar al siguiente pueblo solo se podía por una autovía y nos echamos para atrás, nos metimos campo a través y después de otras dos horas y tan solo 5 kilómetros, llegamos al siguiente pueblo donde finalmente me lograron activar internet, por tanto todo la anterior odisea no aparece reflejada en el panel de seguimiento... La familia había llegado al final de su etapa pero a mi me quedaba la mitad, así que me despedí de ellos y me dirigí a la salida del pueblo.

Tras 3 días de viaje he cogido mucha confianza con la bici y su forma de responder, las confianzas solo traen cosas malas y en mi caso no se me ocurrió otra cosa que saltar un bordillo, supongo que iba con demasiadas prisas. La parrilla trasera cedió y se partieron dos tornillos que se han quedado incrustados en el cuadro de la bici... En ese momento y tras el horrible día que llevaba junto con todo el retraso, decidí marcharme a un hotel a pensar si renunciaba o encontraba alguna solución, ¡¡¡pero no era capaz de mover la bici para buscar un hotel!!! la parrilla bloqueaba la rueda. Con un poco de paciencia conseguí sacar uno de los dos tornillos partidos y poner uno nuevo, en el otro lado donde no he conseguido sacar el tornillo, he puesto... siete bridas. Evidentemente todo esto me pasó en un semáforo de una calle principal así que tenía todas las bolsas desmontadas (seis), todas las herramientas por el suelo y la bici panza arriba y sin parrilla ni ruedas, tanto biandantes como coches paraban a mirar, yo mientras tanto no dejaba de mirar el reloj pensando a qué hora podria llegar a mi destino. No saqué ninguna foto por la rabia absoluta que me invadía, algo de lo que ahora me arrepiento porque era espectáculo en estado puro.

No os imagináis lo mal que se siente uno pensando que su viaje ha acabado ahí mismo, sobretodo tan pronto, pero me imagino que esto es parte del juego y sin estas cosas, esto no sería una aventura, sino, un paseo.

Era tan tarde que di por terminada la etapa mucho antes de lo que era mi intención, pero con tantas vueltas y tanto rodeo el cuentakilómetros marcaba una buena cifra, con desconcierto por las malas condiciones de las carreteras en francia e indignado con la bici me fui a dormir, al menos ahora tenía Internet para encontrar algún camping de camino..., fue un día muy largo, más de 10 horas para hacer al final tan pocos kilómetros.

A la mañana siguiente me levanté a las 7 de la mañana, entre que me hago el desayuno y recojo los bártulos suelen pasar dos horas, y puse rumbo hacia mi destino del día anterior. La etapa 4 ha sido la segunda (junto con la etapa 1) sin viento, esto se ha agradecido enormemente porque puedo mantener los 20km/h llaneando, además han llegado por fin las primeras colinas y con ellas los paisajes. Hoy he visto Gran Bretaña (sorpresa por mi parte al menos), acantilados, campas preciosas, al igual que he cruzado ciudades y partes industriales terriblemente feas y olorosas.

Las carreteras también han mejorado, ahora me paso sólo el 50% del tiempo al lado de los coches, la otra mitad son tramos de carril bici que ponen en tramos más peligrosos. También me he cruzado con otras 3 parejas de cicloturistas, dos mixtas y otra de mujeres, lo cual siempre lleva mi pensamiento a mi acompañante que más hecho de menos.

Hoy he intentado recuperar el terreno perdido de ayer, por eso la etapa me ha quedado muy larga, al menos lo he conseguido, las etapas cada vez van a ir siendo más largas así que me ha venido bien para probarme, mañana volveré a una de 85km si todo va bien. Mis 20 o 25 últimos kilómetros de hoy han sido con el piloto automático, el cansancio no me dejaba pensamientos, pero aquí no se puede bajar la guardia, cada día me llevo uno o dos frenazos en seco, y pueden venir tanto cuando más fresco estás como cuando menos lo estás.

Me habeis dejado muchos comentarios o emails, siento no responderos a todos, pero los leo todos, ahora con el panel solar la energía no me sobra, aunque de momento tampoco me falta lo que sí que me falta es Internet. ¿Sabe alguien si tal vez me serviría una tarjeta SIM de picho 3G para tener internet en un android? tal vez esa sea la solución...

Después de tan solo 4 días, la soledad me empieza a invadir. Son cosas que uno ni se las plantea cuando planea un viaje así.

Os vuelvo a dejar con algunas fotos pero tal vez no se carguen hasta que mañana o pasado entre en alguna zona con mejor cobertura. Mañaba me toca seguir mordiendo asfalto.


Las 7 bridas de la bici...


La carretera interminable


La cena está lista...

lunes, agosto 15, 2011

Dia uno y medio de viaje

Aunque ya he acabado los kilómetros de la segunda etapa, esta pasada noche me quedó claro que aquí no hay que descartar un día hasta que no vuelva a amanecer.

La primera etapa fue razonablemente bien. Me entretuve un poco en Bruselas intentando cerrar todo y empecé muy tarde. Debido a esto realicé un trayecto más corto y bastante menos entretenido. Las sensaciones en general fueron muy buenas, en ese momento pensé que llegar a Bilbao era pan comido, pero cuan confundido estaba yo.

Me desperté en medio de la noche porque algún animal estaba intentando abrir mi bolsa de basura. El susto fue mayúsculo porque la tienda más cercana a la mía estaba a 100m y porque la bolsa estaba en la entrada a mi tienda que está cerrada. Imaginé que era un ratón, bueno, miento, me imaginé una rata enorme con dos dientes largos y blancos y con una mandibula suficientemente grande como para que entrase mi cabeza. Me puse a gritar como loco y a mover toda la tienda, abrí la puerta y salí corriendo... Silencio absoluto en medio de la noche, y de ahí un terror nuevo, nada que ver con ese monstruo nocturno, terror por mis muslos, me dolian y ardían como nunca antes, me entraron nauseas de esas que solo te entran cuando te vas a desmayar. Me metí en el saco otra vez y esperé al día siguiente, pero os imagináis lo que cuesta dormir después de algo así.

Durante la primera etapa me llovió una hora y el resto fue en seco con nubes grises, la segunda etapa en cambio ha sido soleada. Me he metido más entre calles y me ha gustado mucho más. De todos los sitios que he cruzado apuntaros el de Zomergem, me ha encantado y sin duda es un sitio por descubrir. En esta segunda etapa me he pasado el día luchando contra un viento fortísimo de frente, con unos muslos derrotados y dolor de espalda. Si ayer pensaba que esto era pan comido, hoy no pensaba más que en darme la vuelta, ha sido una etapa muy dura, mantengo las esperanzas porque se supone que entre los días 5 y 10 las cosas deberían ir a mejor, pero si los 19 días que me faltan son como hoy, creo que no llego.

Ahora mismo os escribo desde la tienda de campaña y con el sonido de la lluvia. Solo espero que no dure mucho para no tener que llevar una tienda mojada que me pese el doble mañana.

Hoy por fin he visto en la brújula como mi recorrido me llevaba más hacia el sur. Mañana cruzaré la frontera con Francia y allí me perderéis de vista temporalmente porque no tengo Internet allí. Esto no debería ser por mucho tiempo, pero si no volveis a saber nada de mi mañana, no os preocupeis demasiado, espero que no me den muchas vueltas para activarme internet (tanto en españa, como en bélgica como en italia siempre ha sido una odisea de varios días).

Os dejo con algunas supongo ansiadas fotos para que veáis cómo voy. La gente cuando se cruza conmigo aveces me saluda pero en general casi todos me sonríen, otros me levantan el pulgar y me gritan algo en flamenco. Se agradece porque eso te da una energía bonus para los siguientes 500m, pero sin duda alguna el comentario que más oigo es por el panel solar.


Yo en Bruelas preparado para empezar, afetadito y limpito...


Amanece soleado, aprovechamos para empezar a cargar baterías...


Un poco de arte en un descanso. La bici de fondo, aquí es ya otoño, por eso hay setas...


Ya hemos llegado al mar. ¿Y mañana?

sábado, agosto 13, 2011

Mañana empieza

Si todo sigue como hasta ahora, saldré mañana día 14 de agosto por la mañana o mediodía. Por desgracia estaré “on call” durante todo el viaje, lo que significa que a la mínima me pueden llamar y tengo que cancelarlo todo. Las cosas se han complicado y precipitado tanto estas últimas semanas que ni siquiera me ha dado tiempo a acabar el panel de control a tiempo, está un 80% completo, lo que significa que me podréis seguir en directo y ver todos los detalles de mis movimientos, pero... no me ha dado tiempo a acabar la aplicación en el teléfono para ir enviando imágenes en directo al panel!!

Pero eso no es lo que más me preocupa, empezaré el viaje con 5 días de retraso, y eso son 400km de retraso. No sé cómo me las voy a arreglar pero lo iremos decidiendo sobre la marcha.

Intentaré una vez cada 2 o 3 días poner un post con imágenes y sensaciones, pero no será fácil con el tiempo que estamos teniendo (sigue lloviendo), que evidentemente amenaza con mi panel solar.

Os dejo el link al panel de control, estará lleno de mapas y datos en directo: http://www.bultza.com. Pero tendréis en el blog a la derecha también los datos en directo de mis movimientos.

martes, agosto 09, 2011

Aplazado el viaje hasta el 13 de agosto

A veces simplemente lo impensable pasa. Por causas de fuerza mayor, me veo obligado a aplazar la salida del viaje hasta el sábado 13 de agosto. Las probabilidades de que salga ese día también se han reducido mucho, ¿un 50%?

Sigo manteniendo como fecha de llegada a Bilbao el 3 de septiembre. Siendo el viaje más corto tendré que decidir si tomar atajos o hacer más kilómetros diarios. Mi cuerpo irá decidiendo a medida que vayamos avanzando en el viaje.

¿Qué ha pasado? Prefiero mantenerlo en privado, pero digamos que alguien muy cercano me necesita cerca y mucho en estos difíciles días.

lunes, agosto 08, 2011

Tirando de la energía solar para el viaje

Una de las cosas que más me preocupan del viaje es el control de la energía para mis aparatos (el control de energía para mi cuerpo es otra historia mucho más larga). Necesito energía para mantenerlos funcionando el mayor tiempo posible y puesto que no sé exactamente donde voy a ir durmiendo, muchas noches me quedaré sin la posibilidad de enchufarlos a la red eléctrica.

Para resolver este problema, me llevo un panel solar (de 10W) y una pequeña batería de litio (12V). El panel solar estará desplegado encima de las alforjas de la bici durante el viaje, y me imagino que me pasaré el viaje orientando el panel hacia el sol continuamente cada vez que me pare.

Mis demandas de energía en realidad serán relativamente pequeñas, llevo dos baterías para la cámara réflex y me imagino que cada batería difícilmente necesitaré cargarla más de dos veces durante el viaje. El móvil consume bastante poco pero necesita estar enchufado continuamente a la batería externa y al panel solar o de lo contrario su batería caerá en menos de 24 horas. Por último, me llevo el eeePC 701 el cual ya tiene más de 3 años y me permitirá tener un teclado físico para escribir lo necesario en el blog (a parte de toda la potencia y flexibilidad que te da tener un Linux completo bajo el brazo).

El panel solar y los aparatos
Click en la imagen para hacer zoom. En el centro la controladora con el arduino. Empezando por el panel solar y en el sentido de las agujas del reloj, el móvil, el eeePC 701, la batería canon de la cámara, la batería externa de litio. Fijensé (aquellos que conozcan el eeePC 701) que el eeePC no lleva ni llevará batería interna.

Para cargar la batería con el panel solar hace falta comprar un "controlador" que vigile el panel solar y la batería de forma que esta última no se sobrecargue o se quede sin energía (una batería de litio vaciada completamente es una batería destruida, por eso el móvil se te apaga del todo con un bonito saludo cuando muchas veces preferiríamos que simplemente el móvil se muera durante su uso mientras le quede algo de jugo), de la misma forma hay que evitar que la batería intente "cargar" el panel solar en periodos de sombra u oscuridad. Para solucionar todo esto me compré un controlador de panel solar en eBay, pero no fue una buena idea porque no se puede configurar los parámetros de la batería ni tampoco permite el uso de la batería mientras ésta se carga, la mayoría de estas controladoras son para luces de jardín.

Al final decidí crearme mi propia controladora que además me ofreciese todo el rango posible de voltajes que voy a necesitar en el viaje:

  • 5V para el móvil y el Arduino que controla las conexiones
  • 9.5V para el eeePC 701
  • 12V para las baterías de la cámara.

Para llegar a los diferentes voltajes, decidí optar por construir una fuente de alimentación conmutada en vez de usar un regulador lineal, la primera es más compleja pero es mucho más eficiente y en este viaje la energía no me va a sobrar.

Un pequeño controlador Arduino se encargaría de encender y apagar conexiones en caso de que la batería estuviese con muy poca carga.

El panel solar y los aparatos
Click en la imagen para hacer zoom. Este será el funcionamiento mientras pedaleo, es decir, el eeePC solo lo usaré en parado y posiblemente por las noches con el panel solar desconectado.

Como todo proyecto, de estas especificaciones iniciales se han caído muchas cosas, la salida de 9.5V no la voy a utilizar porque está muy cerca de los 12V de la batería y se calienta muchísimo cuando lo uso con el eeePC (consume mucho) y al de un rato deja de enviar el amperaje suficiente para cargar el eeePC. ¿Y entonces?

Tras rascarme la cabeza un montón, descubrí que el eeePC 701 tiene su propia fuente conmutada internamente que acepta hasta un máximo de 12,9V (especificado por la inspección visual de los componentes por los usuarios de eeeuser.com, increíble). En mi caso la batería de litio tiene su propia electrónica interna que la protege de sobrecarga y no pasa de los 12,8V así que esto me permite usar el eeePC (sin batería) y alimentada directamente de la batería externa de litio con total seguridad. En realidad no recomiendan usar salidas de 12V para alimentar el eeePC 701 porque normalmente una salida de 12V puede superar perfectamente los 13V cuando se encuentra a plena carga (por ejemplo la toma de 12V del coche) y cargarse la electrónica del eeePC.

La fuente de alimentación la diseñé de forma que pueda controlar manualmente (manual override?) las conexiones con una prioridad más alta que las decisiones del controlador Arduino. Como la batería trae su propia electrónica interna para protegerla, el Arduino perdió automáticamente toda razón de ser en este proyecto. Al final lo mantengo aunque casi siempre apagado, porque mide el voltaje de la batería y me la transmite (agarraros bien) en modo binario por un diodo Led (casi como enviármelo en código morse por una lucecita). Es la solución más rápida que he encontrado para no soldar nada más en la placa ni necesitar encender el eeePC para saber el voltaje de la batería, pues también transmite el nivel del voltaje por el puerto serie para cuando el eeePC esté conectado (además así no necesito llevarme el voltímetro en la bici).

Probar a cargar la batería con el panel solar también ha sido una verdadera odisea. Agosto está siendo particularmente malo (como cabía esperar) pero ayer finalmente entre claros pude probar que la batería se carga de la forma esperada.

El panel solar y el sol
Por fin un poco de sol para probar el panel solar...

Hay, una vez más, muchas incógnitas, la principal es si será suficiente y cuantos minutos de eeePC al día voy a tener disponibles. Por desgracia dependeré mucho del tiempo, en días lluviosos posiblemente me quede con la única posibilidad de escribir los posts con el móvil... Todo esto hará que los posts que vaya dejando en el blog durante el viaje posiblemente dejen mucho que desear gramaticalmente. Además cargando y descargando de esta forma la batería, la voy a maltratar muchísimo. ¿Aguantará todo el viaje?

PD: Me he gastado menos de 100€ en construir esto. Se puede sin embargo comprar soluciones en tiendas de aventura por hasta diez veces este precio, seguramente serán más eficientes pero... si me compraba uno, a parte del dolor de bolsillo, ¿dónde estaría la gracia?

lunes, agosto 01, 2011

Aitorrrrrrrrrrh, ¿¡Qué * has puesto aquí!? Fueraaaaah

Con estas palabras conocía Sarah la bici que me debería llevar hasta Bilbao, mi sonrisa de orgullo se deshizo en pedazos a la velocidad de la luz.

La bici que me llevará a casa
¿Y la rueda que falta? Pues debajo de mi escritorio en la otra punta de la casa.

¿Dejarla en la calle? Ni hablar que ya hemos perdido dos bicis en este país. Nuestra casa es demasiado pequeña así que tras arduas negociaciones, he conseguido mantener la bici en el rincón que Sarah usa para pintar por tan solo cinco semanas, ni una más. Evidentemente la bici dejará ese lugar en una semana, posiblemente con alguna mancha de pintura.

Está tan aprisionada que me resulta tremendamente incómodo sacarla de casa, estos días estoy utilizando mi otra bici "bruselense" para ir al trabajo y entrenarme un poco, sobretodo el culo que siempre resulta lo más incómodo y doloroso los primeros días. El pasado fin de semana, ya con más tiempo, le hice la "vuelta de instalación" con todos los apéndices metálicos instalados (pero sin bolsas) y dándome una vuelta hasta Lovaina, esto me sirvió para sacarle una larga lista de cosas a mejorar o arreglar, algo que ya resulta incluso desesperante a estas alturas, sobretodo para mi bolsillo.

La primera semana de viaje va a ser una pesadilla, familiarizándome con todo el equipo incluyendo mi propio cuerpo y el país que me toque visitar. Las incógnitas son muchísimas, pero creo que esa es una de las razones de este viaje.