Hoy cumplo 1695 días en Bruselas, no es una fecha ni un número especial, simplemente hoy es hoy.
Un problema en las fotos del blog de los años 2005 y 2006 me ha hecho tener que revisitar mis primeros 365 días en Bruselas, nombre con el que precisamente bauticé este blog y el cual cambié de forma silenciosa apenas hace un par de meses. El viejo nombre se había vuelto ridículo a mis ojos, a mis sentimientos, le puse el título que siempre debió tener, (Vuelta a Bruselas), nombre doble, lo llamé así hace 5 años porque a Bruselas vine a darme una vuelta, sin embargo con el paso de los años su significado se ha vuelto contra mi, no he parado de viajar y Bruselas se ha vuelto mi casa, como si de una pesadilla se tratase, siempre acabo volviendo a Bruselas.
Aquí debería ir un autorretrato, sentado en un avión mirando por la ventana con la mirada perdida, el semblante serio.
Hace casi cinco años me prometí que cuando dejase este país dejaría de escribir en el blog. Tener una fecha definitiva para cerrarlo me ha ayudado a continuar escribiendo el día a día.
Mi contrato se acaba en pocos meses, el jefe vino el otro día a hablar conmigo, quería preparar mi próximo contrato hasta el 2014, ¿otros 3 años de blog? Fue lo primero que pensé, qué ridículo…, bueno, tal vez esto último no sea del todo cierto :-D, pero sí que es verdad que esa noche tuve pesadillas y sudores fríos.
La mañana siguiente fui directo al despacho del jefe, quería dejar el trabajo. Le dije que me apetecía probar cosas nuevas y si continuaba un solo año más en este trabajo estaría cerrando demasiadas puertas y oportunidades. Para mi sorpresa, el jefe me sonrió e incluso casi me da un abrazo. Comentamos el futuro y me dijo que en vez de 3 años haríamos 6 meses en los cuales colaboraré en un proyecto que está naciendo ahora y a partir de ahí se acabó, sin embargo las probabilidades de conseguir este trabajo son del 50% porque ya no depende de mi jefe, si no del jefe supremo que anda cortando cabezas a diestro y siniestro. Si los peores pronósticos se confirman, esto me situaría fuera de Bruselas en menos de 150 días.
…Posiblemente en menos de 365 días...
Y digo posiblemente porque no está descartado que acabe encontrando trabajo otra vez en Bélgica y vea alargada una vez más la vida de este blog. Noooo. O tal vez acabe abriendo otro blog con el nombre de vueltaaSydney o vueltaaSiberia nooooooo
Aquí debería ir un autorretrato con la cara desesperada, manos tirándose de los pelos, la pantalla con el signo de Blogger detrás...
Comencé este blog con la idea de no spamear a la familia y amigos con emails semanales sobre mis andanzas en el extranjero, era un blog familiar y si he conseguido que mis amigos y familiares echen un vistazo aquí mensualmente ya me doy por satisfecho. Por una razón o por otra, el blog pasó a aparecer en los buscadores de tío Google y empecé a tener decenas de emails semanales con gente buscando información sobre la vida en Bruselas. Por suerte con los años han ido apareciendo más y más blogs en castellano sobre Bruselas y actualmente el número de emails ha descendido en un 99%, creo que ya no recibo más de 2 o 3 mails mensuales. Me pregunto a quién estarán acosando...
Desde aquí quiero aprovechar a saludar a todos esas personas que me han enviado emails pidiendo ayuda, creo que he respondido a todos, la mitad de ellos me devolvieron la respuesta agradecidos, la otra mitad fueron unos desagradecidos y nunca más me respondieron ni para dar las gracias a pesar de toda la información que les llegué a enviar, a todo ese grupo les deseo al menos 30 minutos de tiempo perdido enviando un email concienzudo al que nunca nadie responderá.
Con el tiempo, el tema de la privacidad me ha ido dando más y más miedo, cada vez soy más reticente a publicar cosas personales en el blog. A decir verdad no tengo ni idea de quién realmente me lee, cuantos me leen de forma asidua, cuantos han pasado y se han quedado un rato, cuantos tropezaron con error por aquí...
Lo que sí que puedo adelantar es que cuando cierre el blog, lo haré a lo grande, con un pequeño proyecto personal que estoy seguro que no dejará a nadie indiferente. Una aventura, un sueño por cumplir. No voy a adelantar nada más hasta que lo tenga confirmado porque programar cosas cuando uno estará en el paro no es precisamente sencillo, si encuentro el trabajo de mis sueños es posible que no me de tiempo a realizar semejante proyecto. De momento la preparación logística ha comenzado y la fecha de salida está cada día más cerca.
El tiempo sigue corriendo, el futuro es incierto, llueve en Bruselas y hoy tengo ganas de sonreír.