Otra vez esa sensación de que alguien nos observa, me doy la vuelta pero no veo a nadie más que a mi compañero de aventuras. Delante nuestro una enorme señal de prohibido el paso.
Tras perder unos cuantos minutos buscando un sitio para adentrarnos en el parque y llevarme de regalo, por cierto, un buen golpe de un pastor eléctrico, nos adentramos en un denso bosque verde y lleno de ruidos. Tras franquear las barreras la imaginación te persigue en cada esquina.
Después del bosque, atravesamos un parque que para nuestra sorpresa, se encuentra perfectamente cuidado. El camino si bien ameno, con el Sol despuntando y las nubes ausentes en el país que más aman, se hace extraño. Avanzo con pies de plomo e intentando no hacer ruido para poder así anticipar alguna visita inesperada. Mi compañero no se siente mucho mejor y no hace más que recordarme que posiblemente salga algún vecino con la escopeta y yo no dejo de imaginármelo con los ojos amarillos inyectados en sangre.
Estamos muy lejos de la carretera pero de vez en cuando el ruido de algún coche de gran cilindrada llega hasta nosotros y nos obliga a escondernos entre los arbustos que hay alrededor del camino que lleva al palacio y que no parece encontrarse abandonada.
Después de veinte minutos andando parece increíble pero todavía no hemos visto el palacio que se encuentra supuestamente a 200 metros de nosotros y que sé que existe solo gracias a Google Maps. ¡Pero si la torre del palacio tiene una altura de 45 metros!
Finalmente en el siguiente recoveco, detrás de los árboles aparece su sombra, acompañado de un aura terrorífico. Sin imágenes muchos de vosotros creeríais que exagero, y por ello aquí os las traigo.
Click en la imagen para hacer zoom (y en todas las próximas). Ni Hollywood podría hacerlo mejor.
Cada vez más cerca del palacio, vemos interrumpida la sesión fotográfica debido al ruido que una rama provoca al ser arrastrada por el tejado mecida por el viento, se la señalo a mi compañero y él asiente. Ninguno nos atrevemos a abrir la boca.
Bienvenidos al Château du Noisy.
Esta imagen la saqué por la parte de atrás. Se trata de una foto de larga exposición (15 segundos) que he hecho con un filtro neutro casero utilizando 2 filtros polarizados. De ahí el "extraño" efecto con los árboles y las nubes movidas.
Nos dirigimos primero al establo el cual al parecer se derrumbó unos años antes ante la implacable acción del tiempo y otra vez interrumpimos la sesión fotográfica al escuchar voces de mujer en la dirección del palacio. Nos miramos y no puedo evitar hacer la broma que todos estáis esperando. ¿Un fantasma? :-P ¿Ahora qué? ¿Será el dueño?
Las vistas en la parte de atrás resultan sobrecogedoras. Nos metemos en lo que parece ser que fue una pequeña capilla pero los amigos de lo ajeno y sobretodo los guarros abundan, nos encontramos decenas de cervezas, basura y destrucción.
¿Entrada a la capilla?
El palacio de cerca no desmerece desde luego...
Tras un pequeño reconocimiento nos colamos un poco más en el interior, no hace falta ser un ingeniero para darse cuenta de que la estructura está muy enferma.
¿Son esas unas puertas colgando en el piso de arriba?
Algunas de las salas son simplemente increíbles. El palacio respira magia en cada esquina.
Efectivamente si os fijáis a la izquierda hay un agujero, puede ser una de las razones por las cuales estas paredes parecen relativamente intactas de la acción de los ladrones. Llegados a este punto, media vuelta.
Más habitaciones a las que mejor no entrar.
Hasta el techo tampoco llegan los ladrones y nos permite imaginar cómo fue en el pasado este lugar.
Junto a las escaleras principales, indescriptible.
Muchos de los techos están derrumbados lo cual limita mucho nuestros movimientos. Algunos suelos crujen con nuestras pisadas y no exagero, en algunos puntos el suelo se dobla, ¡media vuelta por dió!
Me parece que por esta vez no me asomaré a la ventana...
Entonces nos topamos de frente con otra expedición, cuatro alemanes con sus flamantes cámaras retratando el lugar al igual que nosotros, nos sonríen y saludan en ¿¿alemán??, no nos pillan por sorpresa puesto que son más ruidosos que una orquesta sinfónica pero por desgracia esto le quita bastante magia al lugar.
¡Allí estuvimos! Mi amigo Ennio (profe de italiano) conmigo.
El palacio fue ocupado durante la segunda guerra mundial por los nazis para utilizarlo como centro de operaciones. Al acabar la guerra, se convirtió en un orfanato hasta que un incendio en el año 1990 debilitó sus estructuras y fue abandonado. Se encuentra en las cercanías de Dinant, al sur de Bélgica.
Bajamos por los sótanos y cruzamos baños con innumerables duchas, por enormes cocinas, comedores y clases con sus pizarras todavía incrustadas en la pared. No queda una sola ventana intacta, da la sensación de que alguien ha pasado con un martillo por todos los sitios.
En los pasillos nos encontramos a uno de los fantasmas...
Nada de photoshop, una vez más, larga exposición y dos disparos de flash hacen el truco.
Desde luego al palacio no le sobran historias ni leyendas.
Después subimos algún piso por las escaleras principales. Algunas zonas están en unas condiciones suficientemente buenas y mezclado con la seguridad que nos da habernos cruzado con otras 3 expediciones, para la hora de comer uno pierde respeto al edificio y te envuelve una aparente seguridad que en realidad no existe.
Para acabar escalamos por las escaleras que llevan a lo más alto de la torre a las cuales les han arrancado las barandillas y los escalones en un aparente intento de disuadir a los exploradores de llegar tan lejos. Las vistas desde allí son magníficas, me quedo con las ganas de ver una puesta de sol. A pesar de su altura el palacio es tremendamente esquivo y no es fácil de encontrar.
Vistas desde los 45m de altura, bosque y más bosque por todos los sitios.
A un par de kilómetros se encuentra otro castillo, el Chateau de Vêves.
Ya destrozados y totalmente manchados de polvo blanco deshicimos el camino y volvimos al coche. En casa me derrumbé completamente exhausto a pesar de que probablemente no había caminado más de 4 kilómetros en todo el día, al parecer la tensión de estar en un lugar así pasa factura.
¿Cuántos miles de preciados secretos me esconde todavía este país? Os dejo con algunos números para esta noche:
- En Bélgica hay más de 350 castillos/palacios.
- Al menos 17 están en ruinas.
- Al menos 4 de éstos están abandonados y en un estado lamentable, siendo el palacio de Noisy posiblemente el más espectacular.
- Hay otros 15-20 lugares abandonados relativamente famosos en Bélgica.
Vuelta a casa...
Los que hayáis llegado hasta aquí y todavía tengáis ganas de visitar un sitio así, no puedo perder la oportunidad para daros un par de recomendaciones. A este tipo de exploración se la llama “exploración urbana” y no está exenta de peligros. Hay que seguir dos normas muy simples:
- El explorador urbano no se llevará nada más que las fotos que saque.
- El explorador urbano no dejará nada detrás de sí salvo sus propias huellas.
El interior del edificio está en unas condiciones muy peligrosas y desaconsejo totalmente entrar allí. Después de 20 años abandonado y ante la creciente llegada de “exploradores” debido a la popularidad que está cobrando en Internet os podéis imaginar la de basura que uno se encuentra allí después de tantos años sin limpiar. El palacio es tan famoso que viene gente de todo el mundo a visitarlo. Nosotros contamos un total de 15 personas en 4 expediciones en un sólo día, imaginaros en 20 años.
Las paredes y los suelos no son seguros y lo mismo puedes perder la vida aplastado que por caerte por un agujero del suelo.
Yo pienso volver al lugar, quiero retratarlo por la noche con un fondo estrellado, pero jamás volveré a entrar dentro.
Si todavía estas decidido a entrar en el palacio, evidentemente no me hago responsable, el lugar está en unas condiciones muy malas y el peligro de muerte es real. Nuestra expedición fue a principios del año 2011 y después de visitar el sitio y compararlo con las fotos que he visto por Internet del año 2007 estoy impresionado por lo mucho que ha empeorado.
Visitar el sitio desde fuera sí que lo recomiendo, el lugar es impresionante. Podría ser el escenario perfecto para filmar los exteriores de una película de terror, pero nada de entrar dentro en serio.