Hasta hoy os he contado básicamente los proyectos en los que he tenido un éxito rotundo. Sin embargo muchos de mis proyectos no pasan del papel, en otros consigo los materiales pero me quedo en algún obstáculo y los dejo en una esquina para el olvido, y luego están los que más duelen, aquellos a los cuales dedicas muchas horas, los construyes y acaban en rotundo fracaso, hoy os hablaré de un ejemplo de éste último.
Dicen que sin errores no se aprende y estoy relativamente de acuerdo, pero llegar al final de un proyecto y éste resultar un fracaso es haber cometido muchos errores.
Todo comenzó hace 6 meses, necesitaba un coche en Bruselas, un coche que me permitiese presentarme en Bilbao en 12 horas, que me llevase de excursión, que me sirviese para transporte de materiales y en general para darme flexibilidad.
Después de un mes con el coche aparcado en las calles de Bruselas empecé a sentir esa extraña sensación que ya había sentido meses antes de que me entrasen a robar a casa. Tras dar varias vueltas por Internet decidí que había que instalarle una alarma a este coche pero son realmente caras, tanto comprarlas como instalarlas. En los foros de c4atreros.com encontré una alarma a mitad de precio y no me lo pensé, quería instalármela yo mismo, aprender de las entrañas de este coche…
Diciembre pasado fue un poco desastre y me rompieron el retrovisor del coche, alguna pedrada me abrió una brecha en el parabrisas y el interruptor del capó dejo de funcionar correctamente, como necesitaba pasar por el concesionario para arreglar todo esto y como tras instalar la alarma es necesario activarla con un ordenador de Citroen (algo que evidentemente no tengo) pensé que si instalaba la alarma y lo añadía a la lista de quehaceres todo resultaría más fácil en un único viaje. Así pues un fin de semana más tarde me fui a desmontar el coche (literal) para instalarle la dichosa alarma. Me costó un día entero porque hacía frío en la calle y porque la tarea resultó ser mucho más complicada de lo que me había imaginado.
Allí estaba yo dándole a la alarma, notesé mi humor de perros y el celo amarillo en el retrovisor que sujetaba el espejo roto.
¿Impresionante verdad? se trata del ordenador de abordo del coche, allí había que conectar un cable para la alarma ;)
Pero como los belgas no son muy, perdón, como los que te atienden en Citroen (en cualquier país) no tienen mucha idea no entendieron todo lo que les dije y sólo me arreglaron el retrovisor y el parabrisas, para el capó necesitaban piezas extra y tendría que volver en un mes así que sin discutir demasiado decidí que les recordaría que me activasen la alarma la próxima vez.
Pasé las navidades en Bilbao y la alarma y el coche se congelaron en Bruselas. A la vuelta volví a llevar el coche al concesionario, me arreglaron el capó y me dijeron que no tenían ni idea de como se activaba la alarma... que no eran expertos en seguridad, blablabla. Supongo que no están muy acostumbrados a que los clientes sepan más que ellos y después de discutir infructuosamente en francés me volví a marchar con las manos vacías y sabiendo que no volvería a ese concesionario.
El sentimiento de urgencia para activar la alarma se fue haciendo cada vez más fuerte, creo que lo empecé a confundir con cabezonería, así que busqué otro concesionario y di con uno en el que no me pusieron malas caras cuando les expliqué que yo mismo había instalado la alarma y que faltaba activarla, me dieron cita para la semana siguiente.
Así el jueves siguiente resultó ser el pasado 26 de febrero. Por alguna extraña razón no encontraron mi cita en los ordenadores y tampoco estaba la persona con la que yo había hablado, vamos, la típica eficiencia belga, así que me retrasaban una semana más la activación de la alarma. Me cabreé un poco y creo que vieron mi cara de desesperación, al final, cinco minutos más tarde salía con la alarma activada (efectivamente activarla es cuestión de conectar un ordenador especial que ellos tienen y hacer click en un par de sitios) PERO con un pequeño problema. Al parecer todo funcionaba correctamente menos la bocina, vaya por dios, vamos que si me entraban a robar el coche se iba a poner como loco a encender y apagar las luces pero que no iba a sonar nada, me comentó el mecánico que revisase las conexiones y el fusible que viene en el aparato que probablemente me había dejado algo suelto...
Y llegué desesperado a casa, mi proyecto de instalación de la alarma había acabado en un rotundo fracaso, me daba la sensación de haber perdido el tiempo y el dinero, estaba seguro de que lo había conectado todo... Tres meses después todavía mi alarma no funcionaba. Decidí darme por vencido, en la calle hace demasiado frío, demasiado malo para ponerme a desmontar piezas del coche, decidí cancelar el proyecto hasta nuevo aviso (probablemente hasta semana santa).
Ayer por la noche (2 de marzo), doy fe de esto, me acosté un poco más tarde que Sarah, como siempre hago abro la ventana para comprobar que el coche se encuentra en buenas condiciones y me metí a la cama. Ayer no leí y eso significa que me cuesta algo más caer dormido, después de 10 minutos infructuosos y de escuchar la respiración dormida y constante de Sarah se oye un fuerte ruido abajo, unos vecinos entran en casa ya de madrugada, Sarah se despierta sobresaltada y me pregunta qué ocurre, le digo que el alemán y la novia han montado un poco de escándalo por las escaleras y luego le cuento un pequeño secreto que llevaba guardado dentro de mi. La dije "¿Recuerdas aquél presentimiento que me perseguía antes de que entrasen a robar a casa el año pasado? lo he vuelto a sentir esta semana, lo he sentido más veces pero esta semana ha sido un poco más fuerte, probablemente no sea nada pero asegúrate de activar a Franky cuando salgas de casa", y así después de cinco minutos caí dormido. Os prometo que nunca jamás hasta ayer y después del robo había dicho nada parecido a Sarah.
A la mañana siguiente me desperté con más ganas que nunca, hoy era el día del concierto de ACDC en Amberes, abro las cortinas y doy los buenos días al coche, sólo que esta vez veo algo raro, un papel en el asiento del conductor, me llevo las manos a la cabeza...
Cogí las llaves del coche, la cámara y bajé a ver qué había pasado
Qué puedo decir...
Qué fácil agarrar el manillar desde la ventanita pequeña...
Al volver a casa para recoger herramientas y hacer un rápido apaño con plásticos me encuentro a Sarah con lágrimas en los ojos, está fuera de sí. Del coche no se han llevado nada, ¡pero es que no había nada!, lo revolvieron todo y bueno, el ladrón ha sido muy considerado al romperme solo la ventanilla pequeña, que por cierto resulta que es la más cara...
Parece que estoy de suerte, como dicen por ahí, si esto es lo peor que me va a pasar entonces debería estar contento. Una vez más tengo que darme una vuelta por la policía, qué interesante tarde me espera con ellos que probablemente sean todos capaces ya de recordar mi nombre, tengo que hablar con el seguro del coche y con mis amigos del concesionario de Citroen...
Ya me habéis entrado en casa y en el coche, me habéis robado una cámara, una bici, las luces de la bici, el inflador de las ruedas, un candado, el guarda barros trasero, me habéis partido la cadena de la bici, dos veces la cartera (por suerte solo salgo de fiesta con la tarjeta de crédito y dinero), a Sarah le habéis robado la bici, le habéis robado la goma de la cesta, la luz trasera y delantera y os hemos pillado con la mano metida en el bolso, todo esto en 3 años y cada evento descrito en este párrafo ha sido en un momento diferente. Y ahora que no me vengan con que este país es un país civilizado, creo que ya he vivido y visto bastante de Bélgica y de Bruselas, he compartido vivencias con mucha gente y efectivamente ninguno ha vivido antes en ciudades en las cuales hayan visto más robos y delincuencia "menor" que en esta ciudad. Tantas tasas para que luego la policía SOLO me contacte para ponerme una multa por haber tirado la basura 9 horas antes de lo que debía.
Así que hoy me voy con el fracaso de la instalación de la alarma, y con las lágrimas de Sarah, que me recuerdan que este país es una selva. Una selva en la cual no puedo ver las estrellas...